En las paredes de esta habitación están escritos mis poemas diarios. Algunos son cortos, otros son largos. No hay unidades temáticas ni orden, solo libertad.
Creo que todos los poemas son sinceros.
O por lo menos ellos me han asegurado que lo son.
Pelear con ella
Llevo 25 años sin hablar con mi madre. Nací en 1991. Tengo 25 años. Ni un solo día he conversado con ella. Vive conmigo. Me duele. Ella me duele. Es mi madre. Y también es mi padre. Y no sé si la quiero. A veces. A veces me levanto amándola como si fuese una fruta recién perfumada. Ayer la amé porque me dijo buenos días. Solo ese gesto bastó para enseñarme a querer. Decir buenos días. Hacer el desayuno. Bendición y el silencio. Hay palabras que no se contestan. Hoy la odio porque me restregó el corazón contra el suelo.
Nunca hablamos. No hay nada de qué hablar. Ella es mi dolor. Yo soy el suyo. Nos queremos como se quieren dos corazones que se odian. Nos acercamos día tras día para hacemos daño. Nos gusta. Soy tóxico para su carne. Ella es mi toxicidad. La amo. Me odia. Me ama. La odio. Quisiera hablarle de aquí a un siglo. Nunca más, madre santa, te entregaré mis palabras. No las mereces. Te las regalo. Cuídalas. Rómpelas. Si mi vida te duele…
Me levanto del sillón enjaulado en tu odio. Entro al cuarto y en silencio escucho el corazón que es tuyo pero está en mi pecho porque nos unimos una vez, estuvimos lo más cerca, fuimos las venas y la misma sangre. Si me hicieras una cirugía a corazón abierto encontrarías tu nombre y tus palabras talladas en los ventrículos y las cuevas. Y más adentro tú, palpitando. Tú me palpitas. Ya no. Ahora no. Ahora tú tienes tu sangre y yo la mía. Ciencia y arte. Incompatibles. Te molestas conmigo. Me molesto con usted.
A veces pienso no decirte madre sino hacerte extraña, en algo más allá de mí, llamarte por tu nombre. Eres el anacronismo de mi esperanza. La activas. La dañas. Este es mi primer poema sobre ti. Sobre tu sangre que ya no es mía. Oculta entre las sábanas mientras ves la televisión qué pensarás sobre los astros. Dónde quedaron los amores, madre.
Sigues siendo virgen, mujer.
La virgen de los rencores, madre. Nunca me tuviste. Engendraste una esperanza incontenible. Yo no soy esa esperanza. Será otro. No yo. Una hija valerosa, tal vez. No yo. Sí, madre, moriré de hambre si es necesario pero escribiré hasta enaltecerme la vida. No puedo releer mis palabras. Que salgan al mundo con errores. Como yo nací de ti, madre. Soy el recuerdo de tu error listo para amar.
Dijo el aire
Los imperios son
naipes sin luz
inservibles ventanas con vista a la muerte:
la violencia de su nombre
no duerme
parpadea en el instante del vidrio
del metal y la sangre
como la guerra unánime que nos rodea.
Hoy, en mi campo, he visto un ave.
Volaba abierta, sin fronteras,
y toda ella voló hacia mí
y me dijo
con la voz del mundo me dijo:
“No te preocupes.
La muerte es solo una mentira
del aire”
*
Acuso a los hombres del mundo
de amar las armas como nadie
de toser sobre los ríos
de ver televisión a la hora del pan
de comer cuando no todos tienen
de querer con las cadenas en los ojos
de no hacer nada por nadie.
Nos acuso.
Nos acuso de ser
lo contrario
de lo que somos.
*
América
me prometiste cien años para sanar
y en ninguno de tus caminos sueñan las bestias
por las lenguas sin luz reside una lluvia fértil
escondida en aquellos dioses sin hijos
sin ojos
huecos de sabiduría humana
Tú sabes bien la precisa hora de tu muerte
Continente baldío
América
Sur quemante
Sur quemado
Espina de cal y óxido
*
(Flotas
Aunque imposible rompes el agua
quiebras
aunque imposible que hables
cantas
Es inútil que busques porque yo te he encontrado
frío
y no es invierno
sino cal para la casa
que junto a ti revuelve el agua
de tu muerte
tu río)
*
Y en este dolor recién entiendo
la verdad de mis padres:
Eran dos gotas de agua
de ríos distintos, de galaxias enemigas,
que se unieron, se tocaron y se odiaron,
para crearme en el espectáculo de sus egos.
Sin rostros se miraron, sin sentido se hicieron.
Sin paz quisieron fundar el paraíso.
En tus ojos, madre, nunca he estado.
En tus manos, padre, estoy ausente.
Ahora lo sé todo y no dudo de lo extraño de sus vidas:
Mi padre murió antes de que naciera mi madre.
Mi madre nació y nunca tuvo hijos.
*
¡El tiempo es crimen!
Voy por las casas
las ajenas casas cerradas
y las abro y las quiebro
irrumpo escondido de todos
como una sola sombra larga
para siempre condenado
busco y revuelvo
un reloj que mienta
un reloj que no exista
para nunca más sentir
ese triste acabarse
de las horas
*
Mi mayor enemigo es un puente. Ahora que he caído en la vejez, su estructura ha perdido el origen y el destino. Es una larga cárcel de ventanas abiertas y cielos despejados que no viene ni va, que no sale ni llega. Parado en sus bordes veo, a un lado y al otro, el abismo que me separa de la tierra y de los pájaros. Salir es imposible, por ahora. Quizás cuando sea un niño pueda llenar los precipicios con arena y cruzarlos.
*
Es este silencio inmóvil
son estas lluvias sin agua
son nuestras camas que son desiertos
encandilados y solos.
Acaso la ansiedad de tocarnos
retumba como golpes y duele
y afuera no hay mundo
sino terribles alas sin pájaros.
La vida no existe aquí y ahora.
La vida nos está esperando
detrás de un espejo transparente.
*
Y ayer mientras dormía me poseyó la muerte
y me mostró la invasión de la sangre
y toda la habitación quedó inundada
y no podía nadar
volaba
y no podía salir
porque la sangre es una puerta
sin cerradura ni aire
es solo un barco de tierra
sin sentido
*
Habré de fingir que hoy lluevo para salvarme.
Tocaré con las manos todas las cosas
al mismo tiempo sin moverme y con premura
hasta que la pregunta de los mares sea una definición:
y en un susurro tranquilo me sentaré a esperar
a que comience a enamorarse cualquier otro mundo.
Plazas, ciudades, campos, bocas.
¿Quién las inventó y por qué?
Ya no estoy triste.
Solo debo fingir que lluevo
y enamorarme sin límites
de mis propias inexistencias.
*
Les voy a hablar de ella:
Recuerdo las noches calmas
y los susurros tranquilos de los árboles.
Ella entraba a la habitación y yo leía
y ella se sentaba
y decía con su mano en mi cabeza:
eres un error biológico
una mancha en la mesa
yo sería feliz si no hubieras nacido
tu solo nombre me pudre
tu presencia aquí es insoportable
¿Te falta mucho ya para morirte?
Esta verdad es irreparable porque la extraño:
Mi madre es dueña
del único útero en el mundo
que tiene barrotes.
*
Caracas caerá una noche
Si la noche es derrotada
y sobre los tejados enarbolan
la bandera de la muerte
y ves que caminan por las calles
botas rojas y martillos rojos
No huyas
No temas
Levántate y anda
que un gobierno no nos podrá asesinar nunca
porque ya estamos muertos
y a los muertos hay que creerles todo
porque solo gritan silencio
*
Ah, pero si lloras no tiembles
que esta casa debe estar en pie otros mil años.
Hermano: si en la lucha fallas libérate
de cualquier cadena desnúdate
que nunca podrá el tiempo contraerte
porque eres capaz de hacer oro la existencia
y los ríos luminosos y las piedras suaves pájaros.
De ahora en adelante esta es tu exigencia vital:
Allá donde se cruzan cien caminos paralelos
debes vivir en la totalidad de las cosas:
en las escaleras sin violencia, en los caballos tímidos,
en las ramas y en las hojas de explosiones corazonadas.
Amigo: entiende que nunca habrás nacido
si no te has enamorado.